Dicen que “los hombres somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras“, y seguro que alguna que otra vez se lo habrán recordado al actor que, para muchos, es el mejor James Bond de la historia, Sean Connery.
Connery interpretó a James Bond en varias películas, sin embargo, llegó el momento en el que decidió dejar de ser “el que hace de James Bond” para ser Sean Connery. Este primer abandono sólo duró una película. Su sustituto, George Lazenby, únicamente interpretaría a James Bond en 007 al servicio de su Majestad, por lo que Connery tuvo que retomar el papel en 1971 con Diamantes para la eternidad.
Después de esta película sí que decidió poner fin, de forma “definitiva”, a su relación con James Bond, dejando el papel en manos de Roger Moore y respondiendo “nunca jamás” a la pregunta de si alguna vez volvería a interpretar al agente secreto más famoso del cine. Já.
Este “nunca jamás” duró exactamente doce años. Y es que en 1983, Sean Connery protagonizó una nueva entrega de James Bond, eso sí, considerada “no oficial” debido a que no sería filmada por la productora que tenía los derechos de la saga en aquel momento. ¿Sabes qué magnífico título le dieron a esta película? “Nunca digas nunca jamás”.
Fuente: sssm.com
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