Aunque nos vayamos a centrar en otra, empezaremos este artículo recordando esa frase de “un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla” que se atribuye a demasiados personajes históricos como para saber quién fue el primero que, de verdad, la dijo. Más allá de su autoría, lo que me llama la atención de la frase es su aterradora veracidad. Volvemos a sufrir por amor como ya hicieron Bécquer o Larra, asolamos países enteros en guerras que tienen tanto o menos sentido que las que provocaron Napoleón o Alejandro Magno y confiamos las ilusiones de nuestros países a gobernantes que miran más por el futuro de sus carteras que por el del propio país.
Sobre este último error que repetimos una y otra vez se centra este artículo. En su día, Confucio dejó una anécdota, coronada por una frase, que sigue siendo tendencia a lo largo de nuestra existencia:
Según ha llegado hasta nuestros días, en uno de sus viajes, Confucio y sus seguidores se encontraron a una mujer llorando desconsoladamente. La mujer estaba sentada y nada parecía poder calmarla. Le preguntaron por qué lloraba. La mujer contó que en ese mismo lugar un tigre había matado a su esposo y a su hijo, cuyas recientes pérdidas lloraba. A todos les sorprendió que se quedara allí ya que el tigre bien podría volver al lugar y devorarla también a ella. La mujer, cuando le preguntaron por esta cuestión, respondió “¿A qué sitio podría irme? Si me marcho puede que encuentre a un gobernante más cruel“. Confucio se quedó pensativo mirando a la mujer y aleccionó a sus seguidores con la frase que sigue estando vigente hoy en día “un gobernante tirano es mucho peor que un tigre devorador de seres humanos“.

Seguimos repitiendo los errores que ya cometimos hace más de dos mil años y nuestros gobernantes siguen teniendo tanto poder como para ser más peligrosos que útiles.
bien hecho
bien
Lamentablemente en América Latina repetimos una y otra vez los mismos errores, seguimos eligiendo gobernantes que defienden intereses ajenos, y no trabajan por el pueblo que los puso en el poder.
Gracias. vaya que me salvaste el día. Bendiciones..
Gracias a ti, Carmelita, por pasarte y comentar. Un abrazo.
Bien Chema. Se nota buen trabajo de posicionamiento. Puedes ayudarme en algo parecido.
Mauricio Jiménez
Chile
Gracias, Mauricio. ¿Cómo podría ayudarte? Un abrazo.
Si nuestro políticos leyeran (si es que saben leer) a Confucio, probablemente se retirarían de la acción política, por honestidad (algo que está ausente en su sentido de la responsabilidad). Solo les interesa el sillón, lo vienen demostrando sistemáticamente, sus intereses estan muy alejados de los del pueblo. Pero el pueblo es tan estúpido que no se da cuenta de ello.
Se da cuenta de ello. Y no es estupido. Lo que pasa rs que en democrcia. De lo peor , escoge ‘lo mejor’ hasta que llega el dia que la democracia se perfecciona y con ello llega y elige realmente lo mejor “para todos”.