En el siglo primero, Estrabón (un señor griego que se dedicaba al estudio de la Historia) dejó por escrito una leyenda egipcia muy parecida al famoso cuento que popularizaron los hermanos Grimm primero y Disney después: La Cenicienta. La leyenda popular egipcia explicaba el motivo de la construcción de una de sus míticas pirámides, y decía así:
Un día, mientras una joven cortesana llamada Rodopis tomaba un baño, un águila arrebató una de las sandalias que le sostenía su sirvienta. El águila voló hacia Menfis, dejando caer la sandalia sobre el faraón, que se hallaba en ese momento impartiendo justicia al aire libre. Este, admirando la belleza de la sandalia y lo insólito de la situación, mandó a varios hombres en busca de la dama que portara la otra sandalia, utilizando la suya como comprobante. Cuando la encontraron, la llevaron a Menfis y se casó con el faraón.
Tras su muerte, se construyó en su honor una pirámide a la que llamaron “la tumba de la cortesana“, esa a la que hoy en día conocemos como la Pirámide de Micerino.