El arte moderno siempre estará en el centro de la polémica. Muchos alegan que no es arte y otros tantos lo defienden. Cierto es también que dentro de lo llamado moderno existen varios tipos distintos de expresiones artísticas y que sería injusto agruparlos todos en una misma concepción. No obstante, no valoraremos nada de eso en este artículo. Simplemente les pongo en situación. Marina Abramovic, para quien no la conozca, es una artista que realiza performance, que para resumir mucho diremos que es arte con el cuerpo (arte escénico) o, como algunos definen, la relación entre el artista y el espectador.
Abramovic, en la década de los 70, mantuvo una relación amorosa con otro artista del mismo estilo, conocido como Ulay. Ambos realizaron algunos trabajos (polémicos) juntos y registraron cierta fama. Según parece, tras comprobar que más allá de sus performances su relación no tenía futuro, decidieron terminarla de una forma original (y acorde a sus trabajos). Se separarían definitivamente cuando se encontraran justo en el medio de La Gran Muralla China después de que ambos hubieran recorrido su mitad, cada uno empezando desde un extremo. Tras este momento, no se verían más.
Pero aquí viene lo curioso de la historia, Marina Abramovic realizó una de sus exposiciones artísticas en el MoMa de Nueva York en el año 2010. Su performance esta vez consistía en mirar fijamente a los ojos de cada visitante del museo que deseara sentarse durante unos momentos frente a la artista. La exposición tuvo un punto álgido cuando, uno de los días, apareció Ulay, tantos años después, para sentarse frente a ella. Te llegues a creer sus reacciones o no, la emoción que desprende el vídeo es innegable.
Marina Abramovic | Exposición “El artista está presente”
¿Qué te parecen las reacciones de ambos y la exposición en sí?
Foto: Shelby Lessig | Fuentes: Adqat y El Séptimo Arte.
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