A los árbitros en España se les suele llamar por sus dos apellidos. Pérez Lasa, Mejuto González, Mateu Lahoz, Velasco Carballo… Hay excepciones como la de Rafa Guerrero (el del famoso “Rafa, no me jodas” que nunca llegó a decir Mejuto), pero lo normal es usar los dos apellidos. Esta costumbre, en España, tiene su origen en la dictadura de Francisco Franco.
Franco se cargó el partido
Ángel Franco Martínez fue árbitro de la liga española en los últimos coletazos del franquismo. Al igual que pasa ahora, en aquella época las malas tardes de los árbitros eran más mediáticas que sus buenas actuaciones, por lo que en alguna ocasión se aprovechó un mal arbitraje de Ángel Franco para hacer titulares con segundas intenciones “Qué malo es Franco“, “Franco no vale para nada“, “Franco se cargó el partido“, etc.
Lógicamente, esta forma de referirse al árbitro duró muy poco. Pronto se prohibió a medios de comunicación y a colegios de árbitros llamar a los trencillas sólo por su primer apellido o por su nombre, siendo obligatorio hacerlo por sus dos apellidos.
Esta imposición ha durado hasta el día de hoy y, por haberse convertido ya en una costumbre, parece muy difícil que se vaya a cambiar de hábito.
Fuentes: El Rincón del Árbitro y Hoy.